NACER VIVIR MORIR

La muerte está viniendo. Ya ha venido con tu nacimiento. Tu nacimiento a determinado tu muerte. No puedes eludirla; no hay forma de eludirla. La única forma de eludir la vida es no nacer. Pero ya has nacido, así que la muerte seguirá al nacimiento como el día sigue a la noche. (Pitágoras).

Trimbolera, tiene un blog delicioso el cual sigo, hizo una entrada sobre, "El bien dormido, Cementerio, Camposanto", me hizo pensar en el sentimiento de las personas cuando vamos a ellos,y, la diferencia entre las naciones y culturas, así como religiones.

No voy a comentar el cementerio de Jaca, el cual es amplio "escoscao",soleado,y mirando a Oroel sobre la vega del Gas.¿Se puede pedir mas?.

  Vi en Jerusalen el cementerio milenario sobre el monte de los Olivos, rústico, sencillo, con montones de piedrecitas sobre la tumba que significaba las visitas que han recibido.


Que voy a decir de "La ciudad de los muertos" en El Cairo donde los niños juegan y las madres cocinan en sencillas tumbas y grandes mausoleos.
 
La Recoleta, en el mismo barrio elitista de Buenos Aires, donde conviven: paseos, restaurantes y muerte. No te escapas de ver la tumba de Evita Perón o de Bio-Casares, y, ves como la gente se queda entre las tumbas  paseando leyendo sentado en los bancos, silenciosos, respetuosos, tranquilos.

Nre.Lachaise, París,y en la tumba de el gorrión de París o la voz doliente , jóvenes barrocos con su blanca tez velan a Edith Piaf. y como no  La Fonten y Moliere.

Pero donde hay un autentico turismo de cementerios es en Edimburgo, donde te pintan los fantasmas, tocando con los nudillos a las puertas de los sepulcros, historias dignas de autenticas películas de terror, los guías vestidos de negro con botas altas, haciéndote escuchar las almas que no tienen paz esto es en old Calton Cementere; Pero en Greyfriars Kirkyard existió un perro que veló en la tumba a su amo durante 14 años, solo iba al bar de enfrente a comer,(murió encima de la tumba) le hicieron un monumento el el cementerio y enfrente del bar.

LA DESESPERACIÓN.

Me gusta ver el cielo con negros nubarrones y oír los aquilones horrísonos bramar, me gusta ver la noche sin luna y sin estrellas, y sólo las estrellas la tierra iluminar.
Me agrada un cementerio de muertos bien relleno mana de sangre y cieno que impida respirar, y allí un sepulturero de tétrica mirada con mano despiadada los cráneos machacar. (ESPRONCEDA)